Estamos viviendo una fuerte llamada al cambio en el sistema, esencialmente a raíz de de la crisis económica desatada en 2008, y en especial tras el impacto mediático del 15-M español en toda Europa, sin olvidar la originaria Spring Revolution árabe. Aquello que vimos comenzar en las redes sociales de Internet, se convirtió en indignación a pie de calle. Se reclama una democracia real, participativa, Islandesa, y a veces, irónicamente imposible: véase alguna convocatoria de referéndum de cuestionable viabilidad, anteriormente comentada. Una de ellas ha sido rechazada por la Mesa del Congreso de los Diputados, y anteriormente otras Proposiciones de Ley similares. Del mismo modo, esta declaración de intenciones no ha sido tan clara en el aspecto económico como en el político, que al fin a y al cabo es como personalmente lo padecemos. De hecho, literal y metafóricamente, lo pagamos. Es por ello que, sin entrar a valorar los orígenes y pretensiones del movimiento en cuestión, percibimos algunos aspectos que brillan por su ausencia. Más democracia, cuantitativa, por supuesto, pero sobre todo mejor democracia, cualitativa. Sin embargo, dada la índole de la crisis, resulta más apropiado tratar la reforma del modelo económico cuando resulta patente como el actual sistema arrastra a la sociedad en su caída. Este proceso también ocurre a la inversa, por tanto no debería tratarse del único ámbito en el cambio. Egalité, fraternité… ¿Y qué hay de la libertad?
Resulta sorprendente como ha quedado en el olvido esta cuestión, tras el notorio retroceso sufrido en los derechos y libertades fundamentales tras los atentados del 11-S, el 7-J de Londres o el 11-M en Madrid. Comenzado en EEUU con el Patriot Act de George W. Bush y su ampliación por parte de la administración Obama, y más recientemente el Internet kill switch (botón de apagar Internet) de este último, reflejándose de esta forma esa línea restrictiva en el mundo digital. En la Gran Bretaña de Blair y Gordon Brown se implantó la estricta Ley Antiterrorista, comparable a los EEUU y su Guantánamo, además de 4,2 millones de cámaras de vigilancia en sus calles. En España, las leyes de Infraestructuras Críticas y de Igualdad en España. Podemos encontrar un patrón similar en todas estas mediadas: los crecientes barreras del mundo analógico cotidiano se extienden por la red digital de Internet. Si bien es cierto que las críticas a estas disposiciones han sido bastante más duras en los medios anglosajones, también lo es que ellos son la vanguardia de la «guerra contra el terror«. No olvidemos su finalidad es garantizar la libertad democrática occidental ante la amenaza terrorista totalitaria, aparentemente cada vez más virtual que real. De forma paralela ocurre con las pruebas que demuestran estas dos vertientes del peligro. La contradicción aquí es manifiesta. ¿Qué hay de nuevo en este hecho?
Se trata de la paradoja de la «libertad negativa», en términos de Isaiah Berlin. La idea de libertad negativa se basa en restringir el poder que puedan alcanzar personas físicas o jurídicas, para permitir la libertad de elección de los demás. Expresado de manera coloquial, «tu libertad empieza donde termina la del otro». El problema está en que llevado al extremo, tal y como advirtió el propio Berlin y como ocurre en la actualidad, los gobiernos abdican de su poder para dejarlo en la «mano invisible» de los mercados. Estos últimos son vistos como un mecanismo más dinámico y eficaz que el denostado paternalismo monolítico de las instituciones públicas. Es la «corporatocracia» o democracia de mercado. Ya conocemos las consecuencias de esto, de hecho las estamos padeciendo.
La «libertad positiva» podría describirse con la frase de Saint-Just, líder jacobino de la Revolución Francesa: «te obligaremos a ser libre». Es decir, se fomentarán las circunstancias que provocarán tu libertad. En cierto modo, tiende a seguir la máxima que el fin justifica los medios, puesto que el fin es en apariencia benigno. Esto ha sido propio de los totalitarismos, en especial la URSS u otros regímenes comunistas. Pero también para los neoconservadores, con los planes para la democratización global mediante el uso de la fuerza. Recordemos operaciones de ostentosos nombres como Libertad Duradera, Amanecer de la Odisea o eufemismos tipo guerrilleros reconvertidos en «luchadores por la libertad». Por ejemplo, Kosovo, Afganistán, Iraq, Libia…
La definición de libertad de Isaiah Berlin, politólogo liberal del siglo XX, fue dada a finales de los años 60 y todavía es terriblemente influyente. Sin embargo, se ha mostrado como limitada en su concepción del ser humano. Somos algo más que seres egoístas buscando exclusivamente su propia felicidad. La «teoría de juegos» a la cual John Nash, premio Nobel de Economía en 1994, contribuyó con notables aportaciones (Equilibrio de Nash) se basa en ideas afines. El genio matemático norteamericano fue retratado por Hollywood en «Una mente maravillosa», aunque olvidaron contarnos algunos detalles como su trabajo para think tanks militares como la RAND Corporation o en ingeniería social para el Instituto de Tecnología Carold Narazi (actualmente conocido por Carnegie Mellon). Este patrón de equilibrio fue sin duda sumamente útil para EEUU en tiempos de la guerra fría, donde era necesario predecir la acción y reacción militar, nuclear para más señas, del enemigo Soviético. No obstante, dicha teoría tenía un pequeño inconveniente en su planteamiento. Sólo funciona si presuponemos que el comportamiento humano es fundamentalmente egoísta y paranoico. De este modo se adaptó la naturaleza humana para hacer funcionar las predicciones teóricas, en lugar de haber hecho al contrario como cabría esperar. Es decir, simples números en una serie de ecuaciones.
Análogamente, también la psiquiatría cambia su modus operandi por test cuantitativos preestablecidos y teóricamente más fiables que la opinión médica humana. Podemos ver como todo ello ha saltado a la cultura popular, y así cualquiera puede encontrar tests siguiendo esta línea. ¿Quién no ha realizado alguno? Otra consecuencia es la aparición de nuevas patologías con sugerentes nombres: desórdenes afectivos, déficit de atención o conductas obsesivo-compulsivas. De hecho, en un corto espacio de tiempo desde la aplicación de estas pruebas, el 50% de la población de EEUU pasó a ser etiquetada de enferma. Algo tan natural como los sentimientos y estados de ánimo menos agradables, e incluso dilemas éticos o morales cotidianos se convirtieron en patológicos. Y lo que potencialmente es incluso más peligroso, la solución al nuevo problema diagnóstico fue la industria emergente de los psicofármacos.
Una vez más, el poder político, tan ávido de presentar soluciones como de captar votantes, fija su mirada en estas teorías. Así son empleadas por el poder ejecutivo del gobierno en la administración, con aplicaciones conocidas por el nombre de trabajo por objetivos. En teoría esto liberaría a los funcionarios de la rigidez estamental e incentivaría su buen hacer, para contrarrestar la egoísta naturaleza humana que limita la libertad individual. De nuevo esta solución se ha mostrado ineficaz, haciendo emerger problemas inexistentes hasta el momento, sin solucionar en cambio los ya conocidos. Se trata de cumplir objetivos predeterminados, paradójicamente estáticos, y en efecto, esto lleva los números sean cada vez mejores. Pero las personas no somos números, como el mundo tampoco lo es, y el trato humano es bastante más analógico que digital. Y habitualmente, la causa de la mejoría estadística se debe a la invención de infinidad de argucias para «cumplir el expediente», hecho que no necesariamente se refleja en una mejoría del servicio. Precisamente ocurre lo contrario.
La genética, o tal vez deberíamos decir biología evolutiva, tampoco se libra de esta obsoleta concepción de la naturaleza. Los seres vivos son vistos como vehículos de los «genes egoístas», con el fin de perpetuarse en el tiempo y el espacio. Queda así científicamente demostrado el origen de esta perspectiva de la humanidad, justificada durante siglos por factores religiosos o filosóficos. Y de paso, también queda justificada la vieja idea darwinista de la supervivencia del más fuerte, bonito eufemismo de cómo los poderosos están en su lugar de forma naturalmente lógica. Sin duda muy útil para acreditar y mantener el status quo. No tanto si queremos un cambio de verdad, implícito en el más amplio significado de evolución.
Sin embargo, la biología recientemente ha demostrado que son las células, mediante el ARN, las que interpretan los genes o ADN, de acuerdo al entorno en que se encuentran. Modificamos el entorno, pero este a su vez nos modifica a nosotros. Paradójicamente, este idea se asimila al planteamiento del denostado Lamarck, frente a su exitoso rival Darwin. El concepto de entorno comprende tanto la interacción con factores naturales como sociales. Es decir, también la experiencia vital es básica: los diferentes estados de ánimo y el estrés, por ejemplo, modifican el ADN. No se trata de un libro profético que predetermina nuestro futuro. Afortunadamente, la realidad es bastante más compleja y apasionante.
Por otra parte, nuestro amigo John Nash padecía esquizofrenia paranoide, y fue por ello internado numerosas ocasiones en instituciones psiquiátricas, incluso por su propia voluntad. Posteriormente él mismo reconoció que la teoría de juegos estaba influenciada por su distorsionada visión del ser humano. Y en consecuencia, también hemos sido influenciados todos nosotros, atrapados en una idea de libertad limitada en su concepción y limitadora en su aplicación.
Libertad es individualidad. Es establecer el entorno adecuado que haga emerger la singularidad personal. Pero el proceso es estéril si las condiciones propias o ajenas lo hacen impracticable. Es un criterio fundamentalmente subjetivo y complejo donde los detalles importan. Es dinámico, recurrente y diferente a la vez. Así es como construimos la experiencia humana. Tal vez así podamos mejorarla.
Referencias básicas, al margen de los enlaces incluidos en el texto:
El secreto de la libertad radica en educar a las personas, mientras que el secreto de la tiranía está en mantenerlos ignorantes.- Robespierr
¿Que quieres transmitir en el artículo? Hablas de todo un poco y no se entiende a donde quieres ir. Se ve que hay mucha información que has ido cogiendo de otras fuentes pero pierdes al lector porque no se entiende de que va el artículo, no logras conectar la información.
¿Qué es lo que no entiendes? Eres la primera persona que critica en este sentido. Nuestros lectores son lo suficientemente inteligentes para entender nuestras publicaciones. Además, está lleno de información complementaria, que para eso está. Habla por ti.
Veo que no aceptas críticas ni sugerencias. Pues claro que hablo por mi, te estoy dando una opinión como lector. El que sea la primera persona que comenta desfavorablemente sobre la estructura de tu artículo no tiene nada que ver con que «siendo minoría» mi opinión no sea válida o que la narración un tanto incoherente del artículo no sea lo que lo hace poco interesante sino que es causa directa del nivel de inteligencia del lector, en este caso yo, que no está a la altura del mismo…
Había leído otros artículos publicados por ti y pensé erróneamente que disfrutabas del oficio de escribir, lo que me ha dado pie a exponer mi sincera opinión sobre la estructura y narrativa del artículo, veo que no es así.
Espero que recibas muchas felicitaciones sobre la excelencia de este artículo para tu deleite y elevación.
Precisamente por eludir mi solicitud de mayor concreción, deduzco que no te interesa criticar nada en paticular, sino descalificar en general como un troll cualquiera. Si alguna vez lo lees entero, tal vez podrás entenderlo y aportar una crítica coherente y constructiva, como otros han hecho. Siento que no sea así.
Pues ahi va. Veo que tienes muy aprendida la estrategia de la descalificación. Si no he añadido una crítica completa es porque tu respuesta inicial a mi comentario no ha indicado que la querías, todo lo contrario. En cuanto a tu segundo comentario, aunque ya veo que, además de mantener la linea de insultar ahora descalificas y es obvio que no eres del tipo de persona abierta a otros y que valora la excelencia y la verdad por encima de consideraciones más mezquinas como puede ser el masajeo del ego, te doy alguna sugerencia que en mi opinión mejoraría el artículo haciéndolo más interesante y fluido, (si que lo leí, dos veces, porque intentaba encontrar el hilo conductor) no me extenderé porque se que ante tu posicionamiento esto no es más que un ejercicio de descalificación por tu parte y no una honesta solicitud de opinión, aun así, aquí lo dejo:
El título sugiere que se va a exponer una alternativa o refuerzo al sistema de democracia, viendo que se denomina a este insuficiente, ya en el título, «de libertad a individualidad» se nos sugiere una exposición muy precisa y esperamos que el autor desarrolle su visión que esperamos culmine en una explicación clara de la transición sugerida por el título. Esto no es así, empieza hablando del 15 M para en breve conectar esto con la famosa frase de la Revolución Francesa y afirmar que falta uno de los conceptos, Libertad. Sobre como se ha llegado a esa conclusión no se explica en la exposición previa a la misma, lo cual haría esta sección más clara y además remataría elegantemente la aserción; como esto no es una regla de tres, sino más bien una cuestión de estilo y coherencia para mantener al lector en el hilo del tren de pensamiento e interesado en seguir leyendo, esperamos encontrar la reflexión que ha llevado al autor a esta conclusión más adelante. Efectivamente, en los dos siguientes párrafos se nos menciona una serie de medidas tomadas por los Gobiernos de EEUU y Gran Bretaña para restringir las libertades. Aquí se repiten una serie de comentarios que no queda claro si el autor opina así o esta repitiendo sarcásticamente, estos son los comentarios sobre la guerra contra el terror «que es llevada a cabo para garantizar la libertad democrática occidental ante la amenaza terrorista totalitaria, aparentemente más virtual que real», ¿cree en esta opinión el autor o por el contrario está repitiendo la linea oficial de manera crítica? No queda claro al lector. Estaría bien que el autor se posicionara claramente, aunque de lo leido aquí se debe asumir que en efecto cree a pies juntillas esa posición oficial (¿Es esto cierto? ). La frase a renglón seguido «De forma paralela ocurre con las pruebas que demuestran estas dos vertientes del peligro. La contradicción aquí es manifiesta. ¿Qué hay de nuevo en este hecho?» ¿Que dos vertientes del peligro? ¿Como el arresto de 3 miembros de Anonymous demuestran esas dos vertientes del peligro? ¿Puedes esclarecer la contradicción que mencionas? Aquí pierdes al lector.
Después pasamos a la Revolución Francesa de nuevo esta vez para intentar hablar sobre la imposción de libertad por parte del Estado, después de un sin fin de nombres que suenan a estar informado pasamos a test psicológicos… aquí ya dejamos de entender a que venía lo de la libertad para seguir por la biología, vuelta a John Nash, Darwin y Lamarck, de John Nash nos comenta que padecía esquizofrenia paranoide, no sé que interés tiene este dato en cuanto al desarrollo de la opinión inicial… Al final, acaba apareciendo la palabra Libertad en la siguiente frase: Libertad es individualidad. Como se ha llegado a esta tajante opinión no se sabe, pero de nuevo, a renglón seguido se presenta una exposición sobre la necesidad de que «se establezca un entorno adecuado que haga ejercer la singularidad personal», se asume que esto es parte de la lucubración que ha llevado al autor a la reflexión anterior, pero es que aquí tampoco explica como ha llegado a ella, hecho que se refleja en la totalidad del artículo, lo que lleva a la conclusión de que no ha habido una reflexión sobre el tema desarrollado.
Bueno y así concluyo mi superficial crítica por no extenderme más en algo que obviamente no es bien recibido. Vuelvo a desearte que recibas muchas felicitaciones y crezca tu grupo de seguidores. Por lo que a mi respecta, puedes estar tranquilo que no intervendré más.
Gracias por tu esfuerzo en comprender, pero siento que no ha sido fructífero. Fundamentalmente has aportado unas pocas sugerencias, basadas en tus divergencias de opinión y dificultades de comprensión, sobre frases sacadas fuera de contexto, pero ninguna crítica fundamentada. No es problema, te lo explico a tu nivel, aunque el experto en descalificar eres tú:
Por ejemplo, en cuanto a la conclusión de «libertad es individualidad». Simplemente critico la utilización de determinadas disposiciones restrictivas a determinados colectivos para fomentar la libertad de otros colectivos más afectados (libertad negativa), mediante la aplicación métodos cuantificables basados en «teoría de juegos». Es decir, defiendo la libertad individual en oposición a la colectiva, explicando las paradojas dadas vistas dificultades experimentadas en la implementación política y científica del modelo de «ser humano paranoico» de Nash. Por eso es importante que él mismo padeciera esta enfermedad. En una de las referencias finales, el propio Nash es entrevistado y reconoce su deformada visión del mundo a causa de su enfermedad, como explico en el artículo, y has obviado anteriormente.
Si no te interesa lo que aquí se escribe, no lo leas, pero no pluralices con la coletilla de «el lector». Se trata de un problema personal por tu parte que nada tiene que ver con los lectores, sólo contigo, y a nadie interesa. Probablemente vienes rebotad@ de Facebook, la diferencia es que aquí no borramos los comentarios que no nos gustan, por tergiversados y agresivos que sean. Como tu «ego».