Desde que tengo uso de razón mi abuela tiene en la galería una cuerda que la cruza desde el pomo de una ventana hasta el otro de la que está enfrente.

Todos los días desde hace 5 meses tengo que salir a la galería a tender algo de ropa.

Hace una semana quitó la cuerda.

Curiosamente mi primera impresión cuando salgo a la galería es ver la cuerda allí, hasta que me fijo y esta «visualización» desaparece, la cuerda ya solo está en mi mente y es reproducida exactamente cada día, hasta que me acostumbre a ver la realidad: la cuerda ya no está.

Si esto pasa con una simple cuerda… no quiero ni pensar lo condicionados que podemos llegar a estar en otros ámbitos.

El apego a nuestros pensamientos y sentimientos, tanto psíquicos como fisiológicos, es un gran mal.

 

 

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