La noticia que el centro Kennedy se ha quedado sin cohetes que lanzar al espacio, unida a al desmantelamiento del programa de los trasbordadores espaciales, no hace sino reafirmar aquello que, desde hace bastantes años, es un hecho. Es el final de la carrera espacial, donde además de encontrar nefastas consecuencias científicas y tecnológicas, podemos hacer una lectura más sutil y profunda. El mensaje subyacente es que el malthusianismo y el darwinismo más rancios están llegando a su cenit. Caminamos hacia un utópico punto de «equilibrio natural», que en realidad es un mero concepto tan humano como artificial y terrible. Es el verdadero significado del «crecimiento cero», económico, social y demográfico. Tratar de evitar la catástrofe predicha por Malthus, el colapso debido al supuesto desequilibrio entre el crecimiento demográfico frente al aumento de los recursos, tiene paradójicas consecuencias.
Category: biología
***GLIOMA
Se ha investigado en la Universidad Complutense de Madrid, España, los efectos de una combinación de cannabinoides y temozolomida (TMZ) en el tratamiento del glioblastoma multiforme en animales. La administración de dosis submáximas de THC y cannabidiol (CBD) redujeron considerablemente el crecimiento de los gliomas. Por otra parte, el tratamiento con TMZ y dosis submáximas de THC y CBD produjeron una fuerte acción antitumoral en los tumores tanto TMZ-sensibles como TMZ-resistentes. Los autores sugieren que «la administración combinada de TMZ y cannabinoides podrían ser explotadas para el manejo terapéutico» del glioblastoma multiforme (glioma). (Fuente: Torres S, et al. Mol Cancer Ther 2011;10(1):90-103.)
Respondiendo a esa pregunta en el foro de debate en fb de «Centro Ayana para el Desarrollo del Potencial Humano» reflexiono:
Si nuestro cuerpo es el núcleo visible de nuestra «alma» con lo cual dicho cuerpo sólo es una parte y tampoco significa que lo que denominamos «alma» sea el «todo» sino quizás el núcleo no visible de nuestro cuerpo, por otra parte, el plantearme que probablemente soy una proyección en 4D de mi yo real que puede existir en 11D ó 23D… el preguntarme quién soy es todavía más desconcertante.
Aún cuando sabemos que nuestro cuerpo va más allá de lo etérico y que la mente no está «ubicada» aparentemente en ningún sitio físico, nos enfocamos y empeñamos en «soluciones» para este plano físico sin contemplar el «todo» de nuestro ser.
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Cada mañana, pese a seguir nuestra confortable rutina habitual, más pronto o más tarde nos encontramos con un inconveniente, una situación sin importar si es inesperada o no, que nos hace reaccionar. Parece inevitable que la realidad escape de nuestro control, y nada podemos hacer para evitarlo. Siempre igual, aunque siempre diferente. Atrapado en el tiempo, como aquella película donde Bill Murray volvía a vivir el mismo día una y otra vez, el día de marmota. Siempre hay algo que no termina de funcionar como debiera. Los problemas surgen, pero ¿proceden siempre del exterior?
Si pensamos que los demás son reflejos de nosotros mismos, tanto lo que nos gusta y disgusta del mundo, lo es de manera equivalente en nosotros mismos. Desde que nacemos e incluso antes, nuestra mente está creando nuestra propia identidad, a través de la experiencia cotidiana, consciente pero fuertemente inconsciente. Nuestra auto-imagen no deja de ser una idea, contra la cual el mundo en que vivimos choca una y otra vez. Son estas relaciones con nuestro entorno lo que conocemos como realidad. Al fin y al cabo, la propia realidad cabo no deja de ser otra idea más, una abstracción. Realmente se trata de nuestra auto-imagen o ego, un reflejo en el espejo, contra otro reflejo en el espejo. Cuando se sitúan dos videocámaras grabando una frente a otra, al cabo de unos instantes ambas muestran la “nieve” que todos recordamos cuando los televisores no sintonizan ningún canal. ¿Es esta tú realidad? Bienvenido al país de las maravillas.